Declaración del presidente Gustavo Petro Urrego, desde el barrio El Pozón en Cartagena.
Cartagena y Colombia tienen y van a decidir si se deja burlar el voto popular o no. Hemos llegado a ese momento.
Decían: es que Petro habla carreta, paranoico, siempre como el lobo malo, el pastorcito mentiroso: anuncia y anuncia y nunca llega. Bueno, ya comenzó el golpe. De eso tenemos que tener claridad.
Era muy difícil, en un país como Colombia, que se aceptaran las reglas del juego democrático.
Era muy difícil, indudablemente, después de que le robaron las elecciones un 19 de abril de 1970 a la ANAPO (Alianza Nacional Popular), que no intentaran hacer lo mismo ahora.
Era muy difícil que una oligarquía, acostumbrada a exterminar físicamente partidos progresistas como la Unión Patriótica, aquí decidiera aceptar las reglas democráticas pacíficas.
Era muy difícil que quienes habían ya fusilado a 6.402 jovencitos a lo largo y ancho de Colombia, simplemente para hacerlos aparecer como guerrilleros y colocar una bandera de seguridad aplaudida por el pueblo, falsa y ensangrentada, ensangrentada de sangre joven y ensuciada de cocaína, era muy difícil que estos poderes mafiosos de la corrupción –lo que bien llamó Álvaro Gómez Hurtado el régimen de la corrupción en Colombia–, acostumbrado al genocidio sobre el pueblo y acostumbrados a concentrar la riqueza nacional en sus propias manos y robársela, dejando el hambre detrás de sí y dejando la muerte, pues, aceptar que alguien que no es de ellos, que alguien que es del pueblo, haya triunfado en las elecciones limpiamente, con la mayoría popular, con el voto chocoano, nariñense, caucano, del Litoral Pacífico, con el voto bogotano de los barrios populares, de los obreros y de las obreras, con el voto de la juventud masiva, con el voto de nuestro Caribe libertario, lo fuesen a dejar gobernar en paz.
No son capaces de aceptar la democracia y la Constitución del 91, y hoy lo están demostrando.
afirmo el Presidente de los Colombianos.